viernes, 29 de enero de 2016

EL MALTRATO INFANTIL Y EL ACOSO ESCOLAR Dos problemas del siglo XXI



Estas semanas hemos sido testigos de varios sucesos que nos ponen los pelos de punta, ambos relacionados con el maltrato a menores, ocasionado por otros menores o por los propios adultos. 
Por un lado tenemos el caso de una niña que recibía abusos sexuales por parte de su padrastro y que al ser descubierto por la madre arrojó a la niña por la ventana.
Por otra parte volvía a salir a la luz la estremecedora carta de Diego, un niño de 11 años que decidió quitarse la vida tras años de acoso escolar.


Y diréis, ¿Cómo puede ser que un niño esté sufriendo acoso y nadie se dé cuenta? ¿Cómo puede ser que estén abusando de una niña de tan solo año y medio y nadie se dé cuenta? ¿No tenemos la información suficiente? ¿No atendemos a ciertas señales de alarma que puedan detectar este tipo de casos? 

Pues a la vista está que no, no estamos haciendo lo suficiente, nunca es suficiente cuando el problema sigue existiendo, con lo que a continuación hablaremos del maltrato infantil y del acoso escolar, que nosotros consideramos también un tipo de maltrato infantil.


Comenzaremos definiendo el concepto de maltrato, que según la rae consiste en


Pero vamos a especificar un poco más ¿Qué es el maltrato infantil?



Según la OMS el maltrato infantil se define como "Los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil".


A este punto nosotros le añadiríamos el maltrato infantil de igual a igual, es decir, el acoso escolar, pero ese tema lo dejaremos para más adelante.


Para poder detectarlo será necesario que conozcamos las clases de maltrato que se pueden dar en los niños, y una de las clasificaciones más acertadas sería la siguiente:



Hay que tener en cuenta que las diferentes clases de maltrato suelen solaparse y que podemos encontrarnos con niños que estén sufriendo un verdadero calvario. Estos niños se encuentran en situación grave de sufrir algunas de las consecuencias que describimos a continuación:


  • Lesiones severas en la cara, ojos o en los huesos, incluso daños cerebrales irreversibles.


  • Dificultades en el desarrollo intelectual tales como problemas con el lenguaje, en el desarrollo del juego simbólico y en el rendimiento escolar.

  • Menos posibilidades de desarrollar un tipo de apego seguro, tengamos  en cuenta que el apego es la relación interpersonal que el niño establece con las personas que para él son importantes y significativas.

  • Dificultades en sus relaciones sociales e incluso a la hora de ser aceptados por sus iguales.


  • Depresión, ansiedad e incluso problemas de comportamiento.


Antes de ver cómo debemos actuar ante un caso de maltrato, veremos qué ley ampara a los menores en estas situaciones.

Digamos que es un paso muy importante el hecho de que exista una ley exclusiva que ampare a este tipo de niños, pero como bien hemos dicho anteriormente algo está fallando, quizás no se aplica correctamente, quizás no todas las partes están cumpliendo con sus obligaciones o quizás debemos dar a conocer estas medidas. 



Bien, pues si nos remitimos a la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, de modificación parcial del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Civil queda muy claro cómo debe actuar la administración en estos casos:


Pero, y los ciudadanos, ¿Cómo deben actuar ante un caso de maltrato? En este aspecto la citada ley también es muy clara y concisa:

Ahora, ¿Dónde pasa un niño el mayor número de horas? La escuela, y sobre todo, los maestros, tenemos una posición privilegiada para detectar este tipo de situaciones, y no solo por la cantidad de horas que pasamos interaccionando con los niños, sino también por las relaciones que establecemos con las familias de los mismos, pero ¿Sabemos los maestros qué debemos hacer si nos topamos de lleno con el caso de un niño maltratado?  

Pues no sabemos si está muy claro o no, pero siempre es bueno dar a conocer una serie de pautas como pueden ser las siguientes:

1.   Tener en cuenta ciertos factores de riesgo como son padre/madre víctima de maltrato en la infancia, madre/padre toxicómano, problemas psicológicos y emocionales de los padres o depresiones.
Detectar el problema a tiempo impide que se produzca ningún daño en el menor.

2. Si el problema no se ha podido evitar, intentaremos detectarlo cuanto antes. En párrafos anteriores hemos detallado una serie de indicadores que pueden vislumbrar un posible caso de maltrato, podemos tenerlos en cuenta para evitar complicaciones peores. Pero además, los menores suelen emitir una serie de señales de forma indirecta a las que debemos estar muy atentos, como pueden ser dibujos con colores agresivos, vocabulario inadecuado, excesiva dependencia del adulto o comenzar a orinarse encima.

3.  Una vez hemos detectado el caso de maltrato lo comunicaremos a los servicios sociales. No se trata de exagerar ni de dejar pasar, sino de tener la formación necesaria para detectar correctamente la situación y proceder a su notificación.

4.   Llegados a este punto solo nos queda colaborar al máximo con los servicios sociales, dando toda la información que necesiten, para que puedan intervenir cuanto antes y rehabilitar al menor.


Tenemos que ser conscientes que, para muchos niños, nosotros somos la única salvación, por lo tanto será muy importante que, ante cualquier señal de alerta, reaccionemos cuanto antes.



Pero cabe la posibilidad de que nuestro hijo o alumno esté siendo maltratado y no sea ni el maestro ni los padres los causantes de ese daño ¿Y quién entonces? Pues sus propios compañeros, es decir, es a lo que se le denomina ACOSO ESCOLAR.


El acoso escolar está a la orden del día, no decimos que hace 20 años no existiera acoso, pero hoy en día se cuentan con demasiados medios para llevarlo a cabo, medios para presionar a las víctimas y hacerles mucho más daño.




Pero ¿Qué es el acoso escolar? Según la wikipedia...

Si señores, incluye tanto el maltrato físico y verbal como el maltrato emocional y el cibermaltrato, es decir, se trata de un tipo de maltrato a lo bestia, pero no os lo vais a creer, resulta que este tipo de maltrato no está regulado legislativamente, por lo tanto, ante un caso como estos, debemos interpretar varias leyes que hacen referencia al mismo.

  1. Ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia. en la que se indica que los menores deben cumplir con una serie de deberes, entre los que se encuentran:
Y si los menores no cumplen con sus deberes como ciudadanos pertenecientes a una comunidad escolar ¿A qué ley nos remitimos? Pues como no existe ley que regule este tipo de situaciones debemos hacer mención a la...

2.    Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, que en uno de sus artículos señala que "El que infligiera a otra persona un trato degradante, menoscabando gravemente su integridad moral, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años.

 

¿Pero un menor puede ir a la cárcel? Pues no, no puede ir a la cárcel si es menor de 18 años, y aun peor, si es menor de 14 no tendrá responsabilidad ninguna. Pero bueno, salvando este vacío legal con el que nos acabamos de topar ¿A qué ley recurrimos para sancionar al menor en estos casos? Pues debemos recurrir a la...


 

Ahora bien, nosotros, como padres, madres, maestros y maestras ¿Qué podemos hacer para evitar estos casos? Será muy importante la sensibilización de las familias y los alumnos, educar para la no violencia, haciendo ver estas conductas como inadmisibles, propias de personas inadaptadas a la sociedad. Utilizar el diálogo, el respeto y la solidaridad como una medida para alcanzar la paz.


Si tenemos una sospecha fundada de que nuestro hijo o alumno pueda estar sufriendo acoso, será necesario actuar cuanto antes, tratar el tema en clase o acudir al centro para hacerle saber al tutor lo que está ocurriendo, y por supuesto, proteger a la víctima desde el minuto uno.


Por último decir que el centro será el responsable de poner solución a este tipo de problemas, sancionando a los acosadores, sensibilizando a las familias de los mismos y ofreciendo protección a quienes hayan sido víctimas del acoso escolar.