domingo, 28 de febrero de 2016

CINCO MINUTOS DE CORTESÍA POR FAVOR El periodo de adaptación



Como bien decíamos en la primera parte de este post: «Vivimos tan deprisa que a veces no nos damos cuenta de que no saboreamos lo que tenemos en este momento. No nos concedemos los "5 minutos" que todo ser necesita para disfrutar, acostumbrarse, asimilar, comenzar, llegar... son solo "5 minutos" pero son más importantes que el resto de nuestra vida».
Bien, pues retomando un poco esta frase, hoy queremos hacer referencia a una de las etapas más importantes en la vida de un niño: los primeros días de cole. Esos angustiosos días para papás, mamás y niños. Angustiosos porque los primeros pasos en la vida de una persona siempre son difíciles, pero cuando ya estás caminando sientes el orgullo de haberlo conseguido.


Como bien hemos dicho, esos primeros días suelen ser angustiosos para todas aquellas personas que están implicadas, no solo para papás, mamás y niños, y por esa razón, será necesario realizar la incorporación de forma progresiva, respetando los "cinco minutos" de cortesía que toda persona necesita, es decir, lo que claramente podríamos denominar:



El Periodo de adaptación se puede definir como «Los días, semanas o meses que los niños tardan en alcanzar un estado emocional, social y escolar adecuado en la escuela infantil».

Este periodo comienza el primer día que el niño entra en la escuela, pero no sabemos cuándo acaba. Dependiendo de la edad del niño y de su carácter se puede alargar más o menos, incluso dependerá de la forma en la que los padres afronten este periodo. Suele decirse que los menores de tres años suelen tener un periodo de adaptación más costoso que los mayores, pero lo que es realmente cierto es que va a depender mucho del niño, y que niños mayores de 3 años que no han asistido a la escuela infantil y con un carácter más dependiente de la madre podrán manifestar más dificultades para adaptarse que otros niños menores de 3 años.

 
En cualquier caso, es un tiempo muy importante que debemos respetar, y esto no todo el mundo lo entiende. He escuchado verdaderas barbaridades por ahí:

«Mira esta maestra, como no quiere trabajar, resulta que vamos a estar unos días yendo al cole con nuestros hijos. ¡Vaya morro!»

«Pues mi hijo empezó con un año y ni periodo de adaptación ni tonterías, lloró lo que tuvo que llorar y punto».

«Si los maestros hicieran su faena»...
 
Si estos padres supieran que todo esto se hace por el propio niño, que los maestros no necesitan ayuda, son los niños los que tienen derecho a estos "5 minutos", si los mismos padres deniegan de concedérselo, ¿Qué expectativas nos esperan a lo largo de toda la educación de sus hijos?
 
Los padres y la escuela tienen un objetivo común: la educación de sus hijos, y la relación que mantengan entre ambos agentes será decisiva para que el niño supere momentos importantes en su vida como puede ser el periodo de adaptación.


Bueno y una vez hemos analizado la importancia de conceder este tiempo, vamos a hacer una breve descripción de las fases que atraviesan los niños durante este periodo, para, finalmente, dar una serie de pautas de actuación dentro y fuera de la escuela:

1º. FASE DE PROTESTA
 
Esta fase comienza cuando el niño se da cuenta de que está solo. Los niños comienzan a llorar buscando a sus papás, suelen rechazar los cuidados de las maestras y no quieren participar en las actividades, o participan sin prestar mucha atención.


2º. FASE DE AMBIVALENCIA
 
En esta fase parece que el niño empieza a adaptarse pero, de momento, empieza a llorar y a llamar a sus papás sin ningún motivo, rechaza a sus maestras y no quiere colaborar en las actividades. Aunque, en algunas ocasiones, comienza a entablar relaciones con sus nuevos compañeros.


3º. FASE DE ADAPTACIÓN
 
En esta última fase se considera que el niño ya está adaptado. Suelen tardar alrededor de un mes, aunque hay niños que tardan más o menos tiempo, e incluso niños que nunca llegan a adaptarse.



Por lo tanto, teniendo en cuenta estas fases, intentaremos:

Hacer la incorporación progresiva, escalonando los días.

Hacer partícipes a los papás o familiares directos durante los primeros días, intentando no generar ansiedad en el niño.

Mantener informadas a las familias sobre los avances en la adaptación del niño, pues ellos también pueden manifestar sentimientos de ansiedad y culpabilidad.

Los papás y mamás deben comprender que sus hijos no están solos en la clase, forman parte de un grupo y, por lo tanto, las maestras no pueden estar todo el rato pendientes del mismo niño.

También tienen que entender que es normal que lloren, que la mayoría lo hacen al principio hasta que consiguen adaptarse, pero que las maestras están ahí para consolarles y ayudarles.

Es posible que algunas fases se alarguen un tiempo, por lo tanto es necesario guardar la calma, si el niño nos ve nervioso él también se pondrá nervioso.
 
Aunque hay niños que les cuesta mucho adaptarse al final casi todos lo consiguen, solo un pequeño porcentaje de niños tiene dificultades para ello, en ese caso, lo mejor será mantener una reunión con la familia para determinar cuáles pueden ser las causas, establecer una serie de pautas nuevas y así ayudar al niño en su proceso de adaptación.
 

Finalmente, decir que lo más importante de todo esto es que se trabaje de forma unánime, familia y escuela, estableciendo pautas de actuación conjunta, tanto en la escuela como en casa y teniendo claro que perseguimos un mismo objetivo: conseguir que el niño se adapte de forma adecuada a la escuela.