jueves, 8 de septiembre de 2016

LA ESPECIE CONDENADA


Ahora que no tiene sentido y nada viene a cuento, lo digo, he dejado de creer en el ser humano. ¿Qué hemos hecho mal? ¿Cómo hemos llegado hasta donde estamos?

La evolución ha hecho de nosotros seres fríos y sin sentimientos. Somos capaces de aplastar cualquier cosa que se encuentre en nuestro camino con tal de avanzar. ¿Pero de qué sirve avanzar si tus pasos no son firmes amigo, si vas dejando oscuridad y suciedad a tu alrededor?


Hemos dejado de ser personas para convertirnos en etiquetas. Sí, no pongas esa cara de sorprendido, tú ya no eres una persona, tú eres un inmigrante o no, un negro, un blanco, un hetero o un homosexual, un hippy, un pobre, un rico, un político, un rey, un... ¡Lo que sea! pero esto ya no es una especie.

Somos personas libres y a la vez esclavas del poder. ¿Quién tiene el poder? Lo tienen aquellos con el corazón congelado y los sentimientos paralizados, el resto somos demasiado débiles para apoderarnos de nada.

Vale, hablemos de la debilidad. ¿Qué es la debilidad? Según la rae se puede definir como la falta de fuerza o vigor, pero también se puede definir como cada una de las pasiones del ánimo, como pueden ser el amor o el cariño. Con lo que a las personas débiles se nos puede atribuir falta de fuerza para apoderarnos de ciertas situaciones pero, sin embargo, lideramos el campo del amor y del cariño. 

Y si las emociones son mediadoras de la inteligencia ¿También se nos considera inteligentes? débiles, inteligentes... La inteligencia va ligada a la educación, la educación nos hace libres, con lo que somos débiles, inteligentes, libres...entonces ¿Por qué el poder nos hace esclavos? No nos hace esclavos el poder, nos hacen esclavos los poderosos ¿Y dónde empieza nuestra libertad? Donde acaba la de ellos, ellos nunca jamás podrán ser libres.

Hemos perdido el respeto a todo, con la frialdad más grande que nos caracteriza, lo hemos perdido totalmente. Nos creemos libres para opinar cualquier cosa que se nos pase por la cabeza, y esa libertad es la que nos hace esclavos. Pero muchísimo peor, nos creemos libres para hacer cualquier cosa que se nos pase por la mente, en este mundo moderno, avanzado, desarrollado, con igualdad, derechos, libertad, justicia... ¿Seguro? ¿Estáis totalmente seguros de todas y cada una de estas palabras? No, no estáis nada seguros, de lo contrario no estaríais dudando tanto. 

Hemos confundido la palabra libertad, porque ¿Sabéis que? la libertad deja de llamarse libertad cuando impedimos la de los demás. Y luego esperamos lo contrario ¿Pero qué esperáis hipócritas? Tenemos niños muy modernos, con mil aparatos electrónicos, bilingües, sin normas, sin límites... ¡Los reyes del mundo! pero también queremos niños respetuosos, justos, libres... Que queréis que os diga, cada vez tengo menos ganas de ser bilingüe. 


¿Somos culpables nosotros? ¡POR SUPUESTO! Unos lideran y otros dejamos que pase, incluso a veces nos beneficiamos, la mayoría de veces diría yo. Somos cómplices de este crimen, probablemente seamos más que cómplices en un futuro. Y llegará un momento en el que sea demasiado tarde, incluso ya es demasiado tarde.


Ya sabéis esa manía mía de hacer preguntas, no soy nada conformista, me retuerce las tripas que todo sea blanco o negro. Qué tú tengas que hablar y, entonces, yo me tenga que callar. Que estemos haciendo niños poderosos y que esos poderosos se estén comiendo a los débiles, justos, libres... ¿Qué será de este mundo sin ellos?

También sabéis que pretendo desequilibrar vuestra mente siempre, porque es la única forma de volver a equilibrar. Suele ser más duro para mí que para vosotros así que lo siento, pero es que he dejado de creer en el ser humano.