Nos hicieron creer en esta guerra...pero yo
jamás formaré parte de ninguna. No tengo una bandera con la que pueda defender
lo que vengo aquí a decir, pero tengo 18 razones.
Soy maestra y mis niños son tan pequeños que no
tienen espíritu crítico. Algunos, incluso, están empezando a hablar todavía.
Todo lo que yo les digo entra en sus cabecitas rápidamente, y ahí se queda.
Todo lo que les muestra la televisión entra de las misma manera. Yo sé lo que
les digo ¿Y ellos?
¡CUIDADO POR FAVOR!
¿Qué van a pensar nuestros niños? ¿Qué les
estamos contando?
Yo dejo atrás mis opiniones y muestro la
verdad, la única con la que se puede defender algo.
Para empezar, queridos niños, solo unos pocos
han convertido esto en una guerra. Que nadie os engañe, esta vez no hay bando
bueno ni bando malo y no habrá ganador porque ya hemos perdido todos.
Perdimos la dignidad en el momento en el que
una bandera ondeó por encima de nosotros. En el momento en el que pensamos que
nuestra ideología era suficiente, y defenderla fue nuestra prioridad.
Perdimos el derecho en el momento en el que se
lo quitamos al resto. En el momento en el que transformamos los derechos del
otro en los nuestros propios.
Perdimos la razón con amenazas y el poder con
más poder. Unos creyeron que eran los buenos y los otros también, y cada uno
aplicó su propia democracia. Ahora ni la democracia tiene sentido.
Queridos niños que no os engañen, la única
certeza que os pueden contar es que tenemos problemas y muchos. Que esto no
funciona bien ni lo ha hecho desde hace algunos años, y que el odio es un
sentimiento terrible que no va a solucionar nada.
Por favor, que ni mi opinión ni la de nadie
condicione vuestras mentes, porque necesitamos niños libres que se conviertan
en los ojos que, algún día, nos hagan ver.