jueves, 1 de diciembre de 2016

¿CÓMO ENSEÑAR A TOLERAR LA FRUSTACIÓN EN NIÑOS PEQUEÑOS?




Si ya nos cuesta a los mayores gestionar nuestras emociones,  imaginar a un niño que, por lo menos hasta los seis años, considera que todo gira en torno a él. Pero ¿Cuál de todas las emociones nos cuesta más identificar? Es fácil saber cuándo estamos contentos, tristes, enfadados, asombrados o tenemos miedo, pero ¿Y si hablamos de la frustración? ¿En qué momentos siente uno frustración?


Si recurrimos al señor Google, podemos definir la frustración de la siguiente manera:


Básicamente podríamos definirla como la emoción que se siente ante el hecho de no poder conseguir aquello que deseamos, ya sea un sueño, una necesidad, una persona o cualquier objeto material.

De todos es sabido que hay gente con muy poca tolerancia a la frustración, y personas que, ante ese tipo de emociones, salen adelante una y otra vez. ¿De qué depende? ¿Qué hace a una persona más o menos tolerante a la frustración?

El hecho de vivir en sociedad hace que tengamos que compartir la mayoría de nuestras vivencias. Todo lo que hagas o digas va a influir, antes o después, de forma más indirecta o indirecta, en muchas otras personas, por lo tanto desde muy pronto aprendes que tu vida no solo depende de ti, sino de más gente. 


Como tu vida va a ser compartida, muchos de tus logros y de tus fracasos también lo serán, lo que hará que en algunos momentos tú alcances tus sueños, y en otros momentos lo hagan los demás. Y lo tienes que aceptar.


Un sueño puede traducirse en infinidad de momentos: conseguir a la personas que tanto quieres, el trabajo de tu vida, conseguir resolver un problema que te ha llevado de cabeza, la casa de tus sueños, aprender a escribir, a leer, etc. Al fin y al cabo un sueño no tiene porque ser grandioso, sobra con satisfacer a la persona que lo desea. 
Como bien hemos dicho antes, unas veces serás tú y otras veces será el otro, pero básicamente por dos razones:


  • No todas las personas pueden conseguir las mismas cosas a la vez.
  • No todo el mundo lucha de la misma manera.

Pero volvemos de nuevo a la última pregunta ¿Qué hace a una persona más o menos tolerante a la frustración?
Podemos decir que las experiencias, básicamente. La vida te va poniendo pruebas y tú las vas solventando con las armas que te brindan tus educadores. El problema llega cuando una persona no tiene herramientas para salir del paso, y si esa persona es un niño seguramente no encuentre solución al problema por sí solo, es por ello que a continuación te daremos una serie de pautas para enseñar a los niños a tolerar su propia frustración:

UN NIÑO AUTÓNOMO LO ES PARA TODO 
Eso es, si enseñamos a nuestros niños a ser autónomos en todas aquellas tareas en las que puedan serlo, estaremos creando niños capaces de aplicar estrategias para la resolución de problemas. Cuando un niño se enfrenta solo a una situación y logra superarla con éxito, tendrá menos posibilidades de frustrarse en otras ocasiones, pues es un niño autónomo que ha aprendido que las cosas cuestan tiempo, esfuerzo y dinero.




 
NO SE PUEDE GANAR SIEMPRE
Como hemos dicho antes, no siempre nos podemos salir con la nuestra. En necesario enseñar a los niños que no siempre se harán realidad sus deseos, y no basta con explicar, es necesario actuar. Si mi hij@ quiere el juguete de su amigo pero su amigo no se lo quiere dejar, lo tiene que aceptar. Si mi hij@ quiere ir al parque pero hoy no puede ser, pues lo tiene que aceptar, no hay más. ¿Qué hacemos cuando llora? Pues dejarlo llorar, es su forma de expresar que se siente frustrado, no podemos impedirle que lo haga.


ACEPTAR O LUCHAR ANTE LA INJUSTICIA
Otra cosa con la que tu hij@ se va a encontrar a lo largo de su vida es la injusticia. Sí, no es correcto que tu amigo Juan no comparta sus juguetes contigo nunca, pero es tarea de los padres educarlo, con lo que tu hijo debe aceptar esta situación. Esto no impide que tu hijo aprenda a luchar en momentos en los que cree que de verdad no se está haciendo justicia con él o con otra persona. Juan no me deja los juguetes pero yo le explico a Juan lo divertido que sería que los dos compartiésemos los juguetes. Se trata de luchar en las situaciones en las que él crea que no se ha hecho justicia, no porque deseábamos realmente lo contrario, sino porque de verdad  creemos que tenemos la razón.


HABLA
Dale razones por las que el niño no ha podido conseguir sus objetivos. Siempre hay razones para todo, aunque a veces sean demasiado duras para un niño. No podemos ir al parque porque llueve, no podemos comprar ese juguete porque es caro, no hemos ganado ese concurso porque lo ha ganado otro niño, no sabemos leer bien porque es una actividad complicada que requiere esfuerzo pero lo vas a conseguir o no podemos ir a ver a la abuela, no porque no esté en casa sino porque la abuela falleció el otro día ¿Por qué falleció? Es duro pero podremos explicarle hasta un punto.



SUPERAR EL MIEDO AL FRACASO 
Muchas veces los niños se sienten frustrados porque no logran resolver bien un problema, escribir una palabra o realizar determinado movimiento, entre otros muchos ejemplos que se podrían dar en el ámbito escolar y familiar. Hay que animarlo a fallar, a que pierda ese miedo a hacer las cosas mal, porque una cosa hecha mil veces mal es una cosa bien aprendida, por eso es importante que sea él solo el que se enfrente ante estas situaciones, tú le puedes ayudar y también le puedes aconsejar, pero dejar que lo haga solito le ayudará a superar sus momentos de frustración.




Por último queremos decirte que antes o después tu hij@ se va a enfrentar a diversas situaciones en la vida en las tendrá que aceptar la derrota y tú ya no estarás ahí para ayudarle, con lo que es muy importante que cuanto antes le enseñes a luchar por sus sueños, a perseguir sus metas, a aceptar un "No" por respuesta, a disfrutar de sus logros  y a relativizar sus fracasos para así poder salir adelante.
 




"UN NIÑO EXITOSO ES AQUEL QUE HA APRENDIDO A TRANSFORMAR LA FRUSTACIÓN EN TRIUNFO"


 

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