No
es cuestión de un teorema, sino de cómo veas la botella. A menudo nuestra
actitud condiciona las buenas o malas cosas que pasan a nuestro alrededor. No
hablamos de energías sino de cosas mucho más sencillas. Hablamos de aquello que
queremos que pase y pasará porque enfocamos todo nuestro esfuerzo en ello, y
aquello que no queremos que pase y por supuesto no pasará. A veces pasan cosas
que no queremos que pasen simple y llanamente porque nos hemos esforzado
demasiado en conseguir que pasaran.
Sí,
lo sé, parece un trabalenguas, pero me entendéis perfectamente. Vamos a contar
una historia muy sencilla:
"Susan y
Michael van a recorrer varios países a lo largo de un mes. Un problema con el
pasaporte de Susan casi los deja en tierra, pero finalmente logran embarcar
hacia su primer destino, EE.UU. Nada más llegar al hotel se activa una alerta
de huracán, tras los dos primeros días el huracán toca tierra y arrasa con todo
lo que encuentra a su alrededor. Acaba la semana y Susan y Michael han conseguido
sobrevivir. Embarcan hacia su siguiente destino, Argentina.
Michael sueña con
poder visitar las ballenas, pero poco antes de comprar las entradas unas
lluvias torrenciales inundan el País, los ríos se desbordan y se declara el
estado de emergencia. La pareja permanece en el hotel hasta que todo vuelve a
la normalidad. Adelantan su vuelo hacia el siguiente destino, París.
El vuelo no ha
llegado ni a tocar tierra cuando unos terroristas hacen estallar una bomba en
el aeropuerto de Orly. Su avión es desviado a Santiago de Compostela, España.
Tras varias horas esperando deciden alojarlos en un hotel de la ciudad. A los
días Susan y Michael vuelven a Irlanda muy consternados por todo lo
sucedido."
¿Cómo
ves ahora la botella? ¿Los consideras personas afortunadas?
Ahora
entra en juego la actitud de cada persona. La gente negativa definirá este
viaje como el más desastroso de sus vidas y los considerarán unas personas muy
desafortunadas. Yo me niego a pensar así. Michael y Susan siguen vivos.
Esto
es solo una historia pero es necesario aplicar esta forma de vida. Partir de
una actitud positiva no nos evitará el sufrimiento ni hará que lo consigamos
todo en la vida, pero nos la facilitará mucho.
Es
como aquella persona que se pasa toda su vida intentando ser feliz, en vez de
serlo, simplemente. Ser positivo conlleva, la mayoría de las veces, ser feliz.
No
nos equivoquemos, no se puede ser feliz las 24 horas del día. Los seres humanos
no podemos disfrutar de una felicidad eterna, sino de pequeños momentos felices
que juntos se convierten en muchas horas de felicidad. Pero ser optimista te
permite dar la vuelta a esos otros momentos.
¿Y
qué tiene que ver esto con los niños?
Lo
tiene que ver todo. Trasmitir un estilo de vida optimista a los niños y
hacerles participar de él les hará adultos felices, adaptativos y con fuerza
para superar cualquier dificultad.
Hagamos de nuestros niños ADULTOS FELICES
Hagamos de nuestros adultos NIÑOS FELICES
Hagamos de nuestros adultos NIÑOS FELICES
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