El pasado viernes nuestro
amigo Gonzalo celebró su cumpleaños y su mamá nos pidió ayuda para hacerle la
mejor fiesta que jamás él hubiera pensado, obviamente no pudimos decirle que
no, así que a continuación te contamos cómo fue todo.
Gonzalo es un gran fanático
de la película Star Wars así que su mamá no lo dudó ni un segundo, la temática
estaba clara, todos los personajes de la película estarían en su cumpleaños,
pero ¿cómo? Pues te lo contamos en seguida.
Una muy buena amiga de la
mamá de Gonzalo elaboró este photocoll para que los niños pudieran hacerse
fotos y fue una estupendísima idea, tan tan buena, que las propias mamás no
pudieron resistirse a probarlo, y nosotros tampoco, pero shhhhh no digáis nada.
Gonzalo estaba
emocionadísimo, pero no sabía que lo mejor estaba por venir. Su mamá le había
preparado dos talleres que hicimos antes de merendar: el cohete de lacasitos y
la súper espada láser de star wars.
El primero era un taller que
abrió el estómago de todos los peques, más que nada porque el material
principal era un gran y apetitoso tubo de lacasitos, más de uno no pudo ni
acabar el taller jijiji.
El segundo fue muy
divertido, los niños construyeron su propia espada láser con un churro de
piscina y un trozo de cartulina negra. Hay que decir que cada uno elaboró su
propia versión de lo que iba a ser su espada láser durante todo el cumpleaños y
no os lo vais a creer, pero entre estos niños tenemos a verdaderos ingenieros e
ingenieras, y guerreros por supuesto.
Había comenzado la verdadera
guerra de las galaxias, así que mientras cada uno lidiaba su propia batalla
iniciamos nuestro taller de maquillaje.
Entonces la fiesta empezó a
llenarse de robots, conejitos, bichos verdes, princesas, ... ¡Menuda locura!
nuestros niños se habían convertido en personajes de la guerra de las galaxias,
bueno y en muchos otros tan raros como divertidos.
Y entonces llegó la hora de
merendar, ya sabéis cómo funciona esto: ¡Venga a merendar!... 30 segundos más
tarde todos los niños han acabado de merendar, esto es la ley del más rápido o
del que más ganas de jugar tenga, pero lo que no sabían es que la mamá de
Gonzalo tenía preparado un as bajo la manga, y de repente apareció con esto...
Y antes de que ningún niño
pudiera levantarse volvió a aparecer con otra sorpresa. Se oían rumores: ¡Es
otra tarta!... yo no quiero tarta decían muchos, pero ¿Seguro? ¿Seguro que no
queréis de esta tarta?...
Efectivamente era una gran
tarta de chuches que ninguno de los niños se resistió a probar, ¡El plan había
salido genial!
Y ahora entrábamos nosotros
en acción, nuestros guerreros se estaban organizando para entrar en combate y había
que llevárselos al campo de batalla, y allí jugamos y jugamos y jugamos hasta
que no pudimos más.
Hicimos una gran barrera de
guerreros, quien pasaba por ahí sabía lo que le esperaba.
También formamos una
serpiente de guerreros descontrolados, la serpiente se hizo tan grande que al
final tuvimos que separarla en dos serpientes.
Aunque jugamos a muchos
juegos, sin duda hubo uno en el que pudieron sacar su vena guerrera y ese fue
la GRAN BATALLA DE LAS GALAXIAS.
Sí, estáis viendo bien,
nuestras armas iban a ser pelotas hechas con periódicos en una tarde/noche de un
inusual febrero, todo iba genial hasta que el viento vino a jugar con nosotros,
así que lo que iba ser un juego se convirtió en una batalla de verdad, cada
guerrero luchaba por su territorio y la verdad que fue muy muy divertido.
Había llegado la hora de
despedirse pero como ya habían podido comprobar eso también formaba parte del
juego, así que nuestros guerreros entraros, uno por uno, en nuestro círculo y
lucharon por salir de él con todas sus fuerzas.
Tenemos que reconocer que todos
salieron sin problema y se ganaron su medalla de guerreros muy merecidamente.
Y aquí terminó nuestra
aventura. Nos gustaría agradecer al papá y a la mamá de Gonzalo la confianza
depositada en nosotros, además de agradecer al resto de papás y mamás la ayuda prestada
en los talleres y juegos.
¡NOS VEMOS A LA PRÓXIMA!
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