jueves, 15 de septiembre de 2016

TRISOMÍA 21. El síndrome de Down científica y humanamente hablando


La triplicidad del cromosoma 21 en el ser humano da lugar a un tipo de persona tan interesante como excepcional.


El síndrome de Down es una alteración genética que se produce por la presencia de un cromosoma extra en la pareja cromosómica 21.


Científicamente hablando:


Pero, a parte de la trisomía 21, nos podemos encontrar con dos tipos más de síndrome de Down menos comunes:

MOSAICISMO

Ocurre cuando ya se ha formado el cigoto. En este momento el resto de las células siguen dividiéndose (mitosis). Puede ocurrir que el ADN no se separe correctamente en una de las células hijas. Por lo que al final habrá una mezcla de dos tipos de células, algunas tendrán 47 cromosomas (con un cromosoma extra en el par 21) y otras con los 46 habituales. Normalmente las personas que tienen este tipo de Down suelen presentar menor grado de discapacidad intelectual. 


TRASLOCACIÓN

Ocurre durante la meiosis. Un cromosoma 21 puede romperse y el fragmento se une a otra pareja de cromosomas, el más común es el par 14. Son aproximadamente el 4% de los casos.

Cuando tenemos ante nosotros una persona con síndrome de Down ¿Qué características físicas comunes podemos observar? 


Además, a nivel psicológico, destacamos:


Finalmente decir que estas personas suelen presentar problemas de salud como:


Bien, pues ahora que conocemos en profundidad al niño con síndrome de Down ¿Qué medidas seguiremos si, como maestras o maestros, nos encontráramos con un caso de trisomía 21 en nuestra clase?

Pues nada, primero de todo y principalmente pensar que es un niño más, que aprende de otra manera pero que podrá alcanzar los mismos objetivos que sus compañeros. Esto es muy importante, pues la falta de confianza en las posibilidades de estos niños a lo largo de la historia ha hecho que nos encontremos con síndromes de Down adultos con ausencia total de lenguaje y falta de autonomía. 

Tenemos que ser conscientes de que un porcentaje de nuestro desarrollo viene determinado por herencia pero el resto lo determinarán factores ambientales, así que entendemos que la estimulación temprana en estos niños será imprescindible.

Por otra parte, no todos estos niños son exactamente iguales, obviamente. El ambiente, combinado con su herencia genética, favorecerá la aparición de unas dificultades u otras o acentuará más unas que otras, por lo tanto es aconsejable observar para determinar cuáles son los ámbitos en los que el niño puede tener más limitaciones. 

Aunque, como acabamos de mencionar, no todos estos niños son iguales, muchas de sus características son similares, con lo que existen una serie de medidas estándar que será necesario seguir para asegurar una atención adecuada de estos niños, y entre ellas destacamos:

  • Trabajar tanto la psicomotricidad fina como la gruesa, teniendo en cuenta siempre el estado de salud del niño.
  • Invitarle a que practique diversos deportes con sus compañeros.
  • Ir aumentando, poco a poco, el periodo de atención en las actividades.
  • Actividades variadas, amenas y de corta duración.
  • Mirarles cuando se les está hablando.
  • Evitar estímulos distractores.
  • Darles tiempo para responder, su capacidad de procesamiento y elaboración de la respuesta es más lenta.
  • Estimulación multisensorial.
  • Explicaciones sencillas.
  • Acompañar las explicaciones de gestos, dibujos, sonidos u objetos.
  • Hablarles despacio y con mensajes breves, concisos y sin doble sentido.
  • No dar nada por sabido si no demuestran que lo saben.
  • Realizar actividades que trabajen la capacidad memorística: contar lo que hicieron el fin de semana, dar un recado a otra persona, etc
  • Utilizar estrategias que favorezcan la retención de información: apoyo visual, agrupación de objetos por categorías, lectura comprensiva, ...
  • Trabajar mucho el lenguaje oral en situaciones cotidianas, dejando tiempo para que el niño exprese lo que quiere decir.
  • Introducir la lecto-escritura en edades tempranas, ya que esto favorecerá el desarrollo del lenguaje en todos los niveles.
  • Favorecer la participación de estos niños en juegos grupales y su integración en el grupo-clase.
  • Potenciar el contacto de estos niños con sus iguales.
  • Introducirles en programas de entrenamiento en habilidades sociales específicas.
  • Tratarles igual que al resto de compañeros, con los mismos derechos, deberes y libertades.
  • Potenciar su autonomía, de esta manera se sentirán más seguros y confiados.

Finalmente queremos añadir que los niños con síndrome de Down no son niños diferentes, pues la diferencia se da en la ausencia de normalidad, la normalidad se da por la presencia de muy poca diferencia y por lo tanto, podríamos decir, que la normalidad más normal hoy en día es la propia diferencia, pues no hay un niño que aprenda igual que otro.

Por otra parte, hacemos una llamada a la inclusión. Tenemos un sistema educativo muy limitado y en el que muy pocos niños entran. Acostumbrados a clases de 10, se nos han olvidado los niños de 5, 4, 3...Esos no caben en nuestro sistema educativo.

En un mundo donde los números son los que definen a nuestros alumnos, resulta muy complicado explicar la propia relatividad del número. Un 10 es muy relativo, y es que, como bien decía Jarabe de palo "De según como se mire todo depende".

Y si no me creéis a mí, juzgar vosotros mismos:


"En la diferencia está la verdadera normalidad"