domingo, 5 de febrero de 2017

EL TEOREMA DE LA BOTELLA MEDIO LLENA



No es cuestión de un teorema, sino de cómo veas la botella. A menudo nuestra actitud condiciona las buenas o malas cosas que pasan a nuestro alrededor. No hablamos de energías sino de cosas mucho más sencillas. Hablamos de aquello que queremos que pase y pasará porque enfocamos todo nuestro esfuerzo en ello, y aquello que no queremos que pase y por supuesto no pasará. A veces pasan cosas que no queremos que pasen simple y llanamente porque nos hemos esforzado demasiado en conseguir que pasaran.

Sí, lo sé, parece un trabalenguas, pero me entendéis perfectamente. Vamos a contar una historia muy sencilla:

"Susan y Michael van a recorrer varios países a lo largo de un mes. Un problema con el pasaporte de Susan casi los deja en tierra, pero finalmente logran embarcar hacia su primer destino, EE.UU. Nada más llegar al hotel se activa una alerta de huracán, tras los dos primeros días el huracán toca tierra y arrasa con todo lo que encuentra a su alrededor. Acaba la semana y Susan y Michael han conseguido sobrevivir. Embarcan hacia su siguiente destino, Argentina.
Michael sueña con poder visitar las ballenas, pero poco antes de comprar las entradas unas lluvias torrenciales inundan el País, los ríos se desbordan y se declara el estado de emergencia. La pareja permanece en el hotel hasta que todo vuelve a la normalidad. Adelantan su vuelo hacia el siguiente destino, París.
El vuelo no ha llegado ni a tocar tierra cuando unos terroristas hacen estallar una bomba en el aeropuerto de Orly. Su avión es desviado a Santiago de Compostela, España. Tras varias horas esperando deciden alojarlos en un hotel de la ciudad. A los días Susan y Michael vuelven a Irlanda muy consternados por todo lo sucedido."


¿Cómo ves ahora la botella? ¿Los consideras personas afortunadas?
 
Ahora entra en juego la actitud de cada persona. La gente negativa definirá este viaje como el más desastroso de sus vidas y los considerarán unas personas muy desafortunadas. Yo me niego a pensar así. Michael y Susan siguen vivos.
Esto es solo una historia pero es necesario aplicar esta forma de vida. Partir de una actitud positiva no nos evitará el sufrimiento ni hará que lo consigamos todo en la vida, pero nos la facilitará mucho.

Es como aquella persona que se pasa toda su vida intentando ser feliz, en vez de serlo, simplemente. Ser positivo conlleva, la mayoría de las veces, ser feliz.

No nos equivoquemos, no se puede ser feliz las 24 horas del día. Los seres humanos no podemos disfrutar de una felicidad eterna, sino de pequeños momentos felices que juntos se convierten en muchas horas de felicidad. Pero ser optimista te permite dar la vuelta a esos otros momentos. 

¿Y qué tiene que ver esto con los niños? 

Lo tiene que ver todo. Trasmitir un estilo de vida optimista a los niños y hacerles participar de él les hará adultos felices, adaptativos y con fuerza para superar cualquier dificultad.
  
Hagamos de nuestros niños ADULTOS FELICES

Hagamos de nuestros adultos NIÑOS FELICES